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Última mejora disponible en el árbol tecnológico del botijo, tratándose en realidad de una protusión/extrusión del mismo a escala industrial, aunque sustituyendo la cerámica por hormigón y dotando al ingenio de cierta excentricidad hiperbólica que mejora el enfriamiento en +1.
Que un botijo enfríe y un cántaro no sitúan al primero como mejora del segundo, de manera que para llegar a la torre de refrigeración se necesitan dos mejoras.
El principio de funcionamiento es raro, como todo lo que tenga que ver con la termodinámica, pero es el mismo tanto para la torre como para el botijo: enfrías a base de calentar. En concreto, este enfriamiento se debe a la evaporación local y controlada del fluido calentado.
Por regla de tres, se pasa del botijo a la torre. Lo del hormigón no es que mejore la porosidad por la que se filtra el agua para evaporarse. Es porque abarata los costes.
La torre de refrigeración es el elemento de la central nuclear que menos se merece el encadenamiento o huelgas de hambre de activistas. El problema que presentan es que su elevado tamaño y forma hiperbólica tan distintiva hace que se metan entre ceja y ceja de los activistas, por no hablar del "humo" que despiden para producir efecto invernadero. Los reactores, por su parte, pasan desapercibidos al estar contenidos en estructuras cúbicas/octaédricas convencionales. De manera que bien puede concluirse que las torres de refrigeración son el símbolo de la energía nuclear, por encima de la fisión.
Mejorar en el centro pertinente de I+D el botijo a torre de refrigeración permite la construcción de centrales nucleares sin la necesidad de que haya un río cerca, lo cual es una ventaja o un inconveniente, dado que a pesar de que para bien de salmones y truchas la temperatura de los ríos no va a seguir aumentando, ahora podemos tener una central nuclear en cualquier sitio.
Teniendo en cuenta todo esto, la matriz de impacto ambiental de la torre de refrigeración es nula salvo para los activistas, para los cuales tiene valores elevados debido a la forma y tamaño e infinitos cuando despiden vapor.
¿Armadura para compresión? ¡¿Desde cuándo?! ¡Las armaduras siempre han protegido de cortantes! ¿Mallado de la estructura? Querrán ponerle una cota de malla allá donde la armadura no llegue. Yo paso de jugar a la Edad Media. Cabreado, desgarro la normativa en la papelera habilitada para tal fin, y me bajo a la bodega para abrir un vino. Después del primer cuarto no sale más vino, por lo que agito la botella encabronándome más hasta que por el cuello de la misma asoma la obstrucción: un pergamino datado del año 1492. No sé si serían los efectos del primer cuarto, pero en el pergamino ponía esto:
Es por expresa voluntad de sus Majestades los Reyes Católicos que se debe determinar la locura susceptible de producirse en un endemoniado por encontrarse con cualquier estructura de los Reinos de Castilla y Aragón, so pena de su desmoronamiento y de la inmediata ejecución del ingeniero que la inventase.
Y ya no sé si serían los efectos del segundo, tercer, o cuarto cuarto, pero al encontrarme en Barcelona escribí esta historia:
Un piolet distinto para cada mano. Uno suena ZAC y el otro suena PUCH al penetrar el hormigón.
ZAC. —Ja Ja. PUCH. —JA JA JA JA. ZAC-PUCH. Pronto nos damos cuenta de que las risas son malévolas. —¡¡JA JA JA JA JA JA JA JA!! ZAC. — No sólo no me han nominado, sino que además ha ganado un poeta. PUCH. — Mi teoría sobre las rutas intergalácticas a la velocidad de la luz nos habría permitido comerciar con sistemas lejanos, pero la inercia a la innovación es demasiado elevada, ¡prefieren un cuento comercial! PUCH-PUCH-ZAC. El físico termina de escalar. — Pero voy a demostrarles lo equivocados que están. Ahora estoy en la entrada de un agujero de gusano hiperbólico, que posiblemente me lleve a Hoth, tratándose seguro de la ruta que siguió el Imperio Galáctico para bloquearlo, aunque les saliese el tiro por la culata. No puede haber supernovas en la ruta, porque si no los Destructores del Almirante Ozzil no hubieran podido atravesarla. El físico contempla orgulloso el agujero de gusano con las manos en la cintura, cuando divisa en el mar los portaaviones Príncipe de Asturias y Rey Juan Carlos acompañado por varias fragatas, comenzado a morderse las uñas preocupado. — Por lo que veo el Imperio ya sabía mis intenciones, de lo contrario no hubiese movilizado dos Superdestructores Estelares Clases Ejecutor y Eclipse escoltados por tanto Clase Victoria. Pretenden bloquear esta ruta. Dejó de dudar y saltó al interior de la torre de refrigeración cuando abajo se acercó un Guardia Civil con una mano sobre el hombro opuesto y cojeando, que se preguntaba qué hacía un operario de la torre sin arneses de seguridad. Un Guardia Civil al cual indudablemente el físico consideró un soldado de asalto. Afortunadamente para el físico, ni se adentró en un campo de asterioides ni se acercó demasiado a una supernova, al menos hasta que produjo la fusión del núcleo y el desplome del muro de contención como consecuencia de haber obstruido con su cuerpo el circuito secundario. Tantas cosas brillando le llevaron a pensar que en efecto se había ido a otra galaxia. |
Luego la torre de refrigeración no cumple.
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